Muchas
veces olvidamos que las emociones importantes forman parte de nuestro
adía a día y forman una parte importante del desarrollo. Solemos
dejar de lado la educación de las emociones, a pesar de la
importancia de estas. Aunque, actualmente muchas escuelas se centran
en esto y lo tratan como una asignatura. Es importante saber
diferenciar entre lo que son sentimientos, emociones y estados de
ánimo. Sobretodo entre emociones y estados de ánimo, ya que los
deberemos tratar de forma diferente.
Las
emociones son involuntarias, impulsivas, reactivas. Son
conductas de reacción automática que se expresan en expresiones
faciales, respiración agitada/tranquila, acciones y gestos,
distancia entre personas...). No existen emociones negativas, solo
dos factores las convierten en potencialmente negativas: el tiempo
que duren y que las cogniciones que las acompañan prevalezcan.
Los estados
de ánimo son estados emocionales que persisten. Son
individuales, pero como son persistentes pueden contagiarse y
volverse colectivos. Cuando estos perduran en el tiempo y empiezan a
verse en la conducta porque somos consciente de ellos, se consideran
sentimientos.
Las
emociones y los estados emocionales son cambiantes, los sentimientos
tienden a persistir si se mantiene el estímulo que los provoca.
Además,
hay estados de ánimo que abren posibilidades (optimismo, serenidad,
confianza, aceptación...) porque nos hacen sentir seguros, con
ganas, dispuestos... Y otros, en cambio, que las cierran
(Resignación, desesperanza, agobio, confusión...)
Muchas
veces nos preguntamos qué comprensión tienen los niños sobre sus
estados de ánimo. Los niños tienen la comprensión suficiente no
solo para darse cuenta de sus emociones sino para ver sus
consecuencias. A partir de los 4-5 años ya son capaces de comprender
los estados mentales de los demás (comprensión imaginativa),
empiezan a anticipar la reacción del otro y a planificar qué va a
hacer para conseguir algo, evitar algo...
El
desarrollo emocional tiene unas bases sociales. El vínculo afectivo
es una parte importante de estas bases sociales, porque cuando nos
vinculamos a alguien nos estamos reconociendo y teenemos un sentido
de nosotros mismos específico, además esa persona nos coordina las
sensaciones, las acciones y la percepción que tenemos de nosotros
mismos. Las
relaciones interpersonales tienen una gran importancia en el
desarrollo sociocognitivo y
emocional del individuo. Las relaciones con otras personas son
elemento importante de compañía, de diversión, de información,
son fuente de intimidad y afecto, de seguridad emocional en
situaciones desconocidas o momentos de estrés y cambio... Por
esto, el niño necesita establecer un vínculo o relación de afecto
y amor con sus padres o las persona que participan en su educación.
Es
importante que los vínculos sean seguros, no ansiosos, ni
autoritarios... Porque es importante que los niños puedan expresar
sus emociones sin miedo a ser reprimidos i/o castigados. Además, es
necesario recibir una vaoración positiva para tener una buena
autoestima y confianza en si mismo.
Como hemos
dicho anteriormente, relacionándote con los demás (vínculos) te
formas una imagen del yo (autoconcepto). El autoconcepto está
fundamentalmente ligada a la relación que tenemos con los demás. El
autoconcepto es una imagen mental sobre nosotros mismos.
Si queremos evaluar la representación
psicológica del autoconcepto, tenemos que hacernos la pregunta de:
¿quién soy?. Es una representación vivencial que cada uno tiene de
ser persona significativa para otros, dentro de un contxto social.
No es lo mismo autoestima, que es una actitud emocional valorativa
hacia aquello que conocemos de nosotros mismos. Lo que acabamos
creyendo de nosotros mismos se debe a las experiencias que hemos
tenido. El autoconcepto es aquello que nosotros creemos que somos, no
lo que realmente somos. Es algo que nos distingue, es algo que nos
hace significativos.
Autoconcepto: representación que
tenemos de nosotros mismos sobre rasgos que nos distinguen y que
creamos a partir de las experiencias.
Identidad: tenemos varios yo, depeniendo
de la situación, de como creemos que tenemos que comportarnos en/con
la sociedad. Incluso tenemos un yo idealizado – El yo que queremos
ser.
Las personas piensan que somos lo que hacemos,
pero no solo es así, porque pensamos sobre lo que hacemos, pensamos
antes de hacer... Y entonces regulamos nuestro comportamiento. El
autoconcepto es pues, una configuración dinámica, ya que depende de
las situaciones (actividades) en las que participemos, como valoremos
esa participación.... Por lo tanto, tu identidad cambia.
- La mirada de los otros forma parte de nuestra identidad.
- La identidad se construye en las interelaciones. Por tanto, implica vínculos y afectos.
- A su vez se genera tensión entre la vinculación y la autonomía que genera la identidad (capacidad para tomar decisiones, necesidad de independencia vs sentido de pertenencia...)
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